GLOBALIZACION Y CULTURA

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La Globalización en Guatemala

 
Impacto de la globalización
 
Durante casi medio siglo la guerra sórdida que se le denominó "guerra fría" tuvo campos de batallas experimentales para probar métodos de "persuasión", nuevas armas, estrategias militares y de penetración ideológica que buscaban un objetivo común, reproducir un sistema económico y político que se vendía como la alternativa a los problemas que se viven en el mundo.
 
Las estrategias utilizadas por los contendientes no declarados fueron variando según el tiempo, hasta que a mediados de la década pasada apareció desde dentro de uno de ellos, un planteamiento de "cambio y transparencia", el glassnot y la perestroika que terminarían por derrumbar en poco tiempo el bloque socialista abanderado por la URSS. Quizás, de haberse mantenido el equilibrio de fuerzas políticas, militares y económicas, la globalización como un ideal de convivir en un mundo sin fronteras con oportunidades para todos hubiera tenido otro destino, otro impacto. Quizás No se puede afirmar con certeza científica cuáles son los orígenes de la globalización pero si es posible estructurar un esbozo de cómo se ha ido gestando. A la crisis económica de finales de la década del 70 sobrevino el ajuste estructural con devastadores resultados para las dependientes economías nuestras. Reducción del déficit fiscal, devaluación de las monedas respecto al ya todopoderoso dólar estadounidense, aumento de las tasas de interés y reducción en los precios de los productos de exportación.
 
Esta "dieta" se apoyó en créditos "contingenciales" a los que se tenía acceso si y solo si se cumplía la receta al pie de la letra, donde las privatizaciones de servicios públicos esenciales convirtieron monopolios públicos en privados distorsionando el concepto de libre mercado. Mientras tanto, los países con potencial económico construían grandes bloques económicos que les permitiera rentabilizar sus ventajas comparativas y fomentar sus mercados internos. Europa se aprestó a entrar en el "mundo globalizado" con la Unión de 15 de sus Estados y hasta con la ambición de una moneda única, el EURODOLAR, que regulará completamente las transacciones de estos países en un par de años. De este lado del mundo, el MERCOSUR aglutina a los países del sur de América, y hacia el norte se conformó el TRATADO DEL LIBRE COMERCIO, TLC, que aglutina a México, Estados Unidos y Canadá.En estas condiciones históricas y económicas la globalización ha tomado a los pequeños países, como es el caso de Guatemala, en clara desventaja.
Por ejemplo, se impulsa a través de organizaciones como la OMC26 la abolición de aranceles comerciales, hacer de lado las prácticas comerciales desleales como el dumping, pero sin embargo, los grandes compradores condicionan la compra de nuestros productos a una serie de factores que muchas veces son poco factibles de cumplir. Parece ser entonces que el mercado libre es un concepto aplicado cuando nos venden pero no cuando nos compran. El cuestionamiento de ahora es cuánto podrá resistir una globalización sin rostro humano que ha llegado como un travestí, en países que están sentados sobre bombas de tiempo sociales, que detonan en mayor o menor intensidad según sea el impacto negativo que traigan las políticas globalizadoras.
 
Es un hecho que, lento pero seguro, el tejido globalizador tiene de urdimbre las privatizaciones de servicios públicos como el telefónico, la energía eléctrica, los seguros sociales y en algunos lados el agua, y de trama una política fiscal y arancelaria que sirve en bandeja de plata el ingreso de consorcios multinacionales a competir con industrias poco tecnificadas, de bajo capital financiero y humano, con una visión muy corta de lo que significa competir en un mercado globalizado. Por si esto fuera poco, el mundo globalizado tiene en los Estados Unidos un abanderado poco fiable, que cuando se le reconoce su liderazgo se quiere convertir en el policía mundial que no respeta fronteras ni soberanías, que cuando su economía está a punto de entrar en crisis se inventa maniobras bursátiles o militares para sacarla adelante, para solo citar un par de ejemplos. Un panorama más desalentador no puede ser, pero sin embargo, puedo tomar el riesgo de presentar algunos puntos en que aún nuestro territorio puede beneficiarse del Fenómeno globalizador, algo así como aprovechar la vieja sentencia de no hay mal que por bien no venga.
VI.I. La visión de un Estado globalizado
Lo primero que hay que aceptar es que la globalización está ya asentada en nuestras relaciones con otros Estados, lo cual implica el no disponer de mucho tiempo para actuar y aprestarnos a vivir con ella. Es necesario entonces cambiar el rumbo de nuestro país lo cual implica un riesgo, ni la economía micro o macro crece si no se arriesga algo.
 
Nuestro Estado tiene que verse en un escenario de corto, mediano y largo plazo, respondiéndose preguntas básicas como ¿Cuál es nuestro inventario de recursos humanos? ¿Qué tenemos para ofrecer en condiciones de ventaja a otros países? ¿Qué recursos naturales tenemos que no tengan otros países cercanos? ¿Cuál es nuestra capacidad de ampliar el círculo de socios comerciales actuales? ¿Está nuestra economía sana, o requiere de un tratamiento especial? ¿Cuánta capacidad de endeudamiento tenemos? ¿Cuál es nuestra infraestructura más desarrollada? ¿Cuál es la imagen económica, política y social que el mundo tiene de nosotros? ¿Nuestra estructura de administración pública es capaz de actuar con la agilidad que los tiempos requieren? ¿Se tiene una propuesta clara y concreta acerca de la descentralización en la administración pública? ¿Cuál es la jerarquización de los problemas sociales internos? Solo estructurando un plan estratégico práctico, sin profundas elaboraciones teóricas que impidan que los guatemaltecos comunes y corrientes lo entendamos con facilidad, y reforzarlo con un liderazgo político que haga sentir en la población una tranquilidad por quienes conducen la nave, se puede armar esta impostergable visión globalizada del Estado guatemalteco.
 
En esta nueva visión a construir, el municipio es la fuerza centrífuga de la descentralización que rompa con el esquema de sistemas y procesos administrativos centralizados en una ciudad capital, aumentando la efectividad y la eficiencia de las acciones públicas.
VI.II. Economías sumergidas, a flote
la economía informal es el común denominador de los países subdesarrollados, surge como respuesta al cruel "ajuste estructural" y ante el desigual trato tributario. Entre los muchos efectos que tiene resaltan tres, el primero que forma una cultura emprendedora de actuar al margen de la ley que tiene a los emprendedores más preocupados de su captura que de su crecimiento. El segundo que por su misma condición de ilegalidad no tienen acceso a fuentes de financiación dejando sus probabilidades empresariales reducidas a la mínima expresión y orientadas fundamentalmente a la supervivencia. Y en tercer lugar, las PyMES sumergidas no tienen programas de formación para calificar a sus recursos humanos lo que imposibilita una inserción en mercados cautivos de mayor potencial.
 
Esto debe cambiar, pero no a través de simplemente formalizar a los informales porque el Estado considera que tiene una mina de impuestos aún sin explotar. Creando las condiciones que garanticen el traslado de un modus operandi a otro a través de reglas del juego empresarial claras y estables, incentivos fiscales para el inicio, que no sería la primera vez27, y colocando a disposición de los incorporados empresarios líneas de crédito de fácil acceso y en condiciones blandas.
 
Por otro lado, la formación de los recursos humanos inmersos ahora en la economía informal es un factor de la producción que también debe ser impulsada por el Estado, no a través de los tradicionales cursos que son justificantes de instituciones malogradas. La formación de recursos humanos empresariales para enfrentar una globalización supone contenidos pragmáticos, de rápido impacto en los procesos productivos, estimulantes de la creatividad empresarial y orientados a cambiar la mentalidad empresarial.
VI.III. Conformación de consorcios públicos y privados
 
Uno de los cambios más visibles que ha traído consigo la globalización es la fusión de compañías que en el pasado reciente eran acérrimas competidoras. Se fusionan grandes bancos, compañías fabricantes de automotores, de computadoras, solo nos falta ver fusionados a los grandes fabricantes de refrescos de cola. ¿Cuál es el objetivo de mostrar esta "humildad" empresarial? Sencillamente abaratar los costos de producción para ser más competitivos.
 
En Guatemala la mayor parte de empresas desarrolladas están situadas en el sector de los servicios, comerciales y financieros, por lo que la estrategia iría orientada a estimular la fusión de las empresas de capital nacional como una rápida respuesta a la avalancha que se avecina. Ya existe un reciente caso de la fusión de dos bancos antiguos que han comprendido el mensaje.
 
En el lado público todavía no se ha visto en tiempos de la globalización ningún intento de formalizar fusiones de Estados porque esto sería tomado como un atentado a la soberanía. Pero, ¿es que acaso los bloques económicos que hacíamos referencia al inicio no son una especie de ello?. El problema es que Guatemala no puede esperar que haya una alianza con los otros países del Istmo Centroamericano porque los más recientes ensayos de integración han sido un total fracaso a consecuencia de la historia que muestra que este país fue la Capitanía General de la República Centroamericana y, por lo tanto, siempre existirá una desconfianza natural.
 
Por esto, la estrategia es promover consorcios públicos con economías de escala que reduzcan sus costos de operación. A través de la creación de redes de diversa índole, cuya existencia sea volátil, se pueden conjuntar ministerios de Estado, entidades autónomas, ONG´s y municipalidades que evitaría la duplicidad de esfuerzos que se da en la actualidad y que propicia un uso ineficiente de los escasos recursos públicos.
VI.III.I. Optimización de conocimiento e información de bajo coste
 
Globalizar el conocimiento y la información a través de herramientas como el INTERNET ha sido un punto positivo para nuestro país. Sin embargo, aún no existe una claridad en cómo podemos aprovecharnos de esta ventaja informática.
 
Por ejemplo, en los Estados Unidos la compra de un seguro de vida por medio de los agentes tradicionales cuesta tres veces más que la compra hecha a través del INTERNET. También se compran y venden circuitos turísticos por medio de este instrumento. Como se ve las posibilidades que ofrece son ilimitadas sin que hasta el momento haya una clara intención de aprovecharnos como país de esta facilidad tecnológica de bajo costo.
 
Hay un lugar por donde empezar, las escuelas públicas. Si se invierten recursos de la educación pública en darle acceso a nuestros jóvenes a esta tecnología, en menos de 3 años veríamos los resultados porque con la creatividad e imaginación propias de su edad, serían ellos los que en poco tiempo llegarían a impulsar y optimizar el uso de esta tecnología en nuestras empresas.
 
La Nueva Derecha fue capaz de alterar de manera irreversible la vida política y económica de los países donde ganó poder, pero no pudo lograr la hegemonía a la que aspiraba. En Gran Bretaña, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, junto con otros países como México, Chile y la República Checa, gobiernos con fuerte influencia de las ideas del libre mercado fueron capaces de desmantelar muchas de sus herencias corporativas o colectivistas. Pero en todos los casos las coaliciones iniciales que hicieron políticamente posibles las políticas del libre mercado, fueron socavadas por los efectos a mediano plazo de estas mismas políticas.
 
Liquidar las viviendas de interés social —una de las políticas thatcherianas clave— fue un éxito mientras los precios de las casas estaban al alza. Cuando los precios cayeron abruptamente y millones quedaron atrapados por las pérdidas, la medida se volvió un estorbo político. Privatizar bienes públicos y liberar el mercado sólo fueron medidas políticamente ventajosas mientras una economía de auge escondió su impacto más profundo: agravar la inseguridad económica. Cuando el revés económico hizo palpable ese efecto, los gobiernos de la Nueva Derecha comenzaron a vivir en un tiempo prestado.
 
En la mayoría de los países, la izquierda moderada ha resultado ser la beneficiaria política de las reformas de la economía neoliberal. Tanto a finales del siglo XIX como a finales del siglo XX, los efectos destructivos del libre mercado lo convirtieron en una experiencia políticamente insostenible.
 
Esta circunstancia lleva al segundo elemento de Falso amanecer: la democracia y el libre mercado son competidores más que socios. "El capitalismo democrático" —el vacuo grito de guerra de los conservadores en todas partes— designa (u oculta) una relación profundamente problemática. El acompañante normal de los libres mercados no es el gobierno democrático estable, sino la política volátil de la inseguridad económica.
 
Ahora y en el pasado, en prácticamente todas las sociedades, el mercado ha sido restringido para impedirle frustrar de manera demasiado severa necesidades humanas esenciales de estabilidad y seguridad. En contextos modernos recientes, al libre mercado normalmente lo moderan gobiernos democráticos. El marchitamiento del libre mercado en su más pura forma victoriana coincidió con la ampliación de las franquicias. Así como el laissez faire inglés perdió terreno con el avance de la democracia, así en la mayoría de los países los excesos de los años ochenta ya han sido moderados —bajo la presión de la competencia democrática— por los gobiernos sucesivos. No obstante, a nivel global el libre mercado sigue sin freno.
 
En ausencia de una reforma, la economía del mundo tenderá a fragmentarse conforme su desequilibrio se haga cada vez más insoportable. Las guerras de mercados harán más difícil la cooperación internacional. La economía mundial se fracturará en bloques, cada uno de ellos entregado a su lucha para obtener la hegemonía regional.
 
"El Gran Juego", en el cual se enfrentaron los poderes del mundo hace un siglo por el control del petróleo en Asia, puede muy bien reproducirse en el siglo que viene. Cuando los Estados rivalicen por el control de los escasos recursos naturales, será más difícil evitar los conflictos militares. Los regímenes autoritarios débiles buscarán crecer mediante las aventuras bélicas. Slobodan Milosevic, el líder neo-comunista de lo que resta de Yugoslavia, puede servir de prototipo para los demagogos autoritarios de muchos otros países.
 
Mientras el laissez faire global se resquebraja, una anarquía internacional cada vez más profunda es el prospecto humano más probable.
 
Los productos agropecuarios (definición de la OMC) representan el 60 por ciento aproximadamente de las exportaciones de Guatemala y generan alrededor del 23 por ciento del PIB del país. A pesar de que la parte que les corresponde en las exportaciones totales ha disminuido, el café, el azúcar y los bananos siguen siendo los productos de exportación más importantes de Guatemala. No obstante, en el informe se señala que las estadísticas oficiales de Guatemala relativas al comercio de productos básicos no incluyen a las corrientes procedentes de las zonas francas y las maquiladoras.
El informe señala asimismo que Guatemala concede como mínimo el trato NMF a todos sus interlocutores comerciales. Los aranceles son el principal instrumento de protección en frontera utilizado por Guatemala; el tipo NMF promedio aplicado es del 7,0 por ciento. Los productos agropecuarios (definición de la OMC) adeudan un arancel medio del 10,2 por ciento, mientras que el promedio arancelario aplicado a los productos no agropecuarios, con exclusión del petróleo, es del 6,4 por ciento. Las bebidas y líquidos alcohólicos están gravados con los aranceles más elevados, del 24,8 por ciento en promedio. Guatemala mantiene contingentes arancelarios para la importación de varios productos agropecuarios en el marco de los compromisos de acceso mínimo que contrajo en la Ronda Uruguay.
En la Ronda Uruguay, Guatemala consolidó la totalidad de sus aranceles. Los aranceles aplicables a los productos no agropecuarios fueron consolidados a un tipo máximo del 45 por ciento, mientras que los tipos finales consolidados aplicables a los productos agropecuarios están comprendidos entre el 10 y 257 por ciento. La reducción del amplio margen que existe entre los tipos aplicados y los tipos consolidados permitiría mejorar más la previsibilidad de las condiciones de acceso al mercado.
Las reducciones arancelarias realizadas en el marco de acuerdos preferenciales han contribuido a mejorar el acceso al mercado de Guatemala de sus interlocutores comerciales. Se ofrece acceso libre de derechos a casi todas las importaciones procedentes de los países miembros del Mercado Común Centroamericano. También se ofrecen aranceles preferenciales a México, en el marco de un tratado bilateral de libre comercio, y a Colombia, Cuba, Panamá y Venezuela. Sin embargo, el número y el alcance de las iniciativas preferenciales de Guatemala, junto con sus flaquezas institucionales, es motivo de preocupación.
Independientemente de su origen, y de conformidad con el principio de trato nacional, las importaciones están sujetas al pago de impuestos internos, en particular, un impuesto al valor agregado del 12 por ciento, aplicable al valor c.i.f. de las mercancías importadas. Además, varios productos, como las bebidas alcohólicas, el cemento y los vehículos, están sujetos a impuestos específicos al consumo.
Con el fin de reforzar los procedimientos aduaneros, Guatemala obtuvo una moratoria, hasta noviembre de 2001, para la aplicación del Acuerdo de la OMC sobre Valoración en Aduana. Se aplican precios mínimos de importación a efectos de valoración en aduana en el caso del arroz, la ropa usada y los vehículos de segunda mano. Para el 2002 está prevista la promulgación de una nueva ley de aduanas.
Al parecer, la utilización de obstáculos no arancelarios al comercio es limitada. Guatemala mantiene diversas restricciones y prohibiciones a la importación, aplicables por igual a todos los interlocutores comerciales, por motivos de seguridad, salud y protección del medio ambiente. Guatemala no ha recurrido a medidas comerciales especiales, salvo en un caso, en el que adoptó una medida antidumping que fue retirada por las autoridades tras el establecimiento de un grupo especial encargado de examinar su compatibilidad con las normas de la OMC.
El sector industrial, que incluye manufacturas, construcción, minería, electricidad y agua, representa el 20 por ciento del PIB. Las manufacturas, cuya participación en el PIB es del 13 por ciento aproximadamente, se concentran en gran medida en la transformación de productos agropecuarios, destinados al mercado interno y a los mercados de América Central y Estados Unidos. Otros subsectores manufactureros importantes son los del calzado, los textiles, los metales y los productos químicos.
La contribución del sector de los servicios al PIB se eleva al 57 por ciento aproximadamente, y el subsector dominante es el comercio. De conformidad con la Ley de Inversión Extranjera, se garantiza a los inversores extranjeros el acceso al mercado en la mayoría de los sectores de servicios, sobre una base no discriminatoria. A pesar de haber mejorado significativamente, la infraestructura de Guatemala sigue teniendo problemas en algunos sectores, como los servicios financieros y las instalaciones portuarias.
El acceso de los servicios financieros a los mercados está regulado por una legislación sectorial específica. Con sujeción a la aprobación de los organismos de reglamentación, las compañías de seguros y los bancos pueden constituirse como sociedades en Guatemala. Las empresas de propiedad estatal siguen realizando actividades en la esfera de los servicios financieros, el transporte marítimo y las telecomunicaciones, sin embargo representan únicamente una parte mínima de la producción de esos sectores. Sólo se aplican prescripciones en materia de participación mínima de capital local en el sector del transporte. La promulgación de una nueva Ley General de Telecomunicaciones, en 1996, junto con la privatización de la empresa de telecomunicaciones de propiedad estatal, preparó el terreno para el rápido crecimiento observado en este sector en los últimos años. El turismo ha pasado a ser una importante fuente de divisas, que genera más de 500 millones de dólares EE.UU. al año.
 
 
Guatemala, que tiene una población de 11,4 millones de habitantes y un PIB per cápita de cerca de 1.700 dólares EE.UU., es la mayor economía de América Central. Desde la firma en diciembre de 1996 de los Acuerdos de Paz, que pusieron fin a 36 años de conflicto armado interno, uno de los objetivos principales de las autoridades ha sido lograr un crecimiento económico estable y sostenible. Entre 1995 y 1998, el PIB real aumentó a un ritmo anual medio del 4,4 por ciento aproximadamente; a continuación, el estancamiento del consumo privado y la disminución de los gastos de inversión dieron lugar a una desaceleración, en 1999 y 2000, registrándose un crecimiento del PIB del 3,6 y el 3,3 por ciento, respectivamente. A pesar de haber experimentado un crecimiento relativamente elevado, el PIB per cápita ha aumentado con demasiada lentitud para mejorar de forma significativa el nivel de vida, debido al fuerte crecimiento demográfico de Guatemala, motivo por el cual la pobreza sigue siendo un serio problema.
A fin de alcanzar uno de los objetivos convenidos de los Acuerdos de Paz, que es la financiación de programas sociales, se están realizando esfuerzos por incrementar los ingresos fiscales; con este fin, a mediados de 2001 se incrementó al 12 por ciento el impuesto al valor agregado. El Gobierno también ha desplegado esfuerzos para fortalecer la administración fiscal y ampliar la base impositiva, aunque los aranceles y el impuesto al valor agregado aplicables a las importaciones siguen representando una gran parte de los ingresos del Estado. El déficit fiscal ha oscilado entre el 0,1 y el 2,8 por ciento desde 1995.
Guatemala mantiene un sistema cambiario flexible; el Banco Central sólo interviene en el mercado para moderar las fluctuaciones del tipo de cambio. Una ley promulgada a finales de 2000 permite la libre circulación de divisas, con objeto de mejorar la confianza en el sistema bancario. La aplicación de una política financiera sujeta a disciplinas ha contribuido a reducir la inflación, de tasas de dos dígitos a comienzos del decenio de 1990 al 5 por ciento en 2000, y ha contribuido también a mantener el tipo de cambio con respecto al dólar de los Estados Unidos relativamente estable desde 1999. Los tipos de interés real han experimentado una tendencia al alza en los últimos años, situándose en cerca del 15 por ciento en 2000.
La balanza por cuenta corriente de Guatemala ha registrado déficit importantes en los últimos años, debido sobre todo a que los déficit comerciales son persistentes y cada vez mayores. El déficit ha sido financiado en gran parte mediante remesas y mediante los ingresos generados por la privatización. La repatriación de capital y los ingresos procedentes de las privatizaciones han incrementado las reservas internacionales, que alcanzaron cerca de 1.900 millones de dólares EE.UU. en 2000, lo que equivale a un total de cinco meses de importaciones.
Los Estados Unidos son el principal interlocutor comercial de Guatemala, ya que absorben el 36 por ciento de las exportaciones de Guatemala y suministran el 40 por ciento de sus importaciones. Otros interlocutores comerciales importantes son los demás miembros del Mercado Común Centroamericano, la Unión Europea y México. Entre 1995 y 2000, el valor en dólares de los Estados Unidos de las importaciones de Guatemala registró un aumento anual medio del 8,2 por ciento, porcentaje muy superior al registrado por las exportaciones, que fue del 6,9 por ciento, lo que refleja en gran medida una relación de intercambio desfavorable.
Los productos agropecuarios (definición de la OMC) representan el 60 por ciento aproximadamente de las exportaciones de Guatemala. A pesar de que la parte que les corresponde en las exportaciones totales ha disminuido, el café, el azúcar y los bananos siguen siendo los productos de exportación más importantes de Guatemala. En los últimos años han adquirido importancia el turismo y las exportaciones de prendas de vestir y productos agropecuarios no tradicionales. Los bienes intermedios y de capital ocupan un lugar predominante en las importaciones de Guatemala.
Guatemala está consolidando su marco jurídico e institucional; la instauración de una buena administración es cuestión prioritaria y condición indispensable para que Guatemala logre sus ambiciosos objetivos de desarrollo. El Ministerio de Economía es el organismo principal en lo que respecta a todas las cuestiones relacionadas con el comercio exterior. Guatemala se adhirió al GATT en 1991 y pasó a ser Miembro de la OMC en julio de 1995. En tanto que tratados internacionales, los Acuerdos de la OMC prevalecen sobre la legislación nacional. Guatemala ha sido un participante activo en el sistema multilateral de comercio, habiendo tomado parte en las negociaciones sobre los servicios de telecomunicaciones y habiendo recurrido al mecanismo de solución de diferencias en varias ocasiones. Guatemala también ha participado en las negociaciones objeto de mandato sobre los servicios y sobre la agricultura, en este último sector como miembro del Grupo de Cairns.
La participación de Guatemala en acuerdos comerciales preferenciales ha ido aumentando; el Mercado Común Centroamericano ocupa un lugar central en sus relaciones comerciales regionales. Guatemala tiene un Tratado de Libre Comercio con México, apoyado ahora por nuevas iniciativas destinadas a lograr una mayor integración física entre estos dos países y con los demás países de la región. Se han iniciado o han concluido negociaciones sobre tratados de libre comercio con el Canadá, Chile, la República Dominicana y Panamá; está previsto que el Tratado de libre comercio con la República Dominicana entre en vigor a finales de 2001. Prosiguen las negociaciones con El Salvador, Honduras y Nicaragua relativas al establecimiento de una unión aduanera, así como a un acuerdo sobre el comercio de servicios y las inversiones. Asimismo, Guatemala ha concluido Acuerdos de Alcance Parcial con Colombia, Cuba y Venezuela, y participa en los grupos de negociación del Área de Libre Comercio de las Américas.
El número y alcance de estas iniciativas preferenciales, cada una con sus propias exigencias de negociación y aplicación, junto con las debilidades institucionales de Guatemala, plantean dudas acerca de su capacidad para participar efectivamente en todas esas iniciativas. Los nuevos tratados de libre comercio están complicando las dificultades que plantea la aplicación de la política comercial debido, entre otras cosas, a que requieren la administración de programas de reducción arancelaria y normas de origen que son diferentes. También puede haber incompatibilidades entre los tratados, por ejemplo, con respecto a la valoración en aduana o las medidas de salvaguardia; las disposiciones de algunos tratados de libre comercio concertados por Guatemala prevalecen sobre las normas multilaterales.
Entre 1996 y 1998, Guatemala emprendió un ambicioso programa de privatización, pero éste se lleva a cabo a un ritmo considerablemente más lento desde entonces, y varias empresas, sobre todo del sector de los servicios, siguen siendo de propiedad estatal. Paralelamente a la realización del programa de privatización, se promulgaron nuevas leyes sobre telecomunicaciones y electricidad, que pusieron fin a los monopolios estatales en estos sectores y los abrieron a la participación del sector privado. La Ley de Inversión Extranjera, de 1998, concede trato nacional a todos los extranjeros, con unas pocas excepciones sectoriales, en particular, el transporte.
Guatemala concede como mínimo el trato NMF a todos sus interlocutores comerciales. Los aranceles son el principal instrumento de protección en frontera utilizado por Guatemala; el tipo NMF promedio aplicado es del 7,0 por ciento. Los productos agropecuarios (definición de la OMC) adeudan un arancel medio del 10,2 por ciento, mientras que el promedio arancelario aplicable a los productos no agropecuarios, con exclusión del petróleo, es del 6,4 por ciento. Las bebidas y líquidos alcohólicos están gravados con los aranceles más elevados, del 24,8 por ciento en promedio. Guatemala mantiene contingentes arancelarios para la importación de varios productos agropecuarios en el marco de los compromisos de acceso mínimo que contrajo en la Ronda Uruguay.
En la Ronda Uruguay, Guatemala consolidó la totalidad de sus aranceles. Los aranceles aplicables a los productos no agropecuarios fueron consolidados a un tipo máximo del 45 por ciento, mientras que los tipos finales consolidados aplicables a los productos agropecuarios están comprendidos entre el 10 y 257 por ciento. La reducción del amplio margen que existe entre los tipos aplicados y los tipos consolidados permitiría mejorar más la previsibilidad de las condiciones de acceso al mercado.
Las reducciones arancelarias realizadas en el marco de acuerdos preferenciales han contribuido a mejorar el acceso al mercado de Guatemala de sus interlocutores comerciales. Se ofrece acceso libre de derechos a casi todas las importaciones procedentes de los países miembros del Mercado Común Centroamericano. También se ofrecen aranceles preferenciales a México, en el marco de un tratado bilateral de libre comercio, y a Colombia, Cuba, Panamá y Venezuela.
Independientemente de su origen, y de conformidad con el principio de trato nacional, las importaciones están sujetas al pago de impuestos internos, en particular, un impuesto al valor agregado del 12 por ciento, aplicable al valor c.i.f. de las mercancías importadas. Además, varios productos, como las bebidas alcohólicas, el cemento y los vehículos, están sujetos a impuestos específicos al consumo.
Con el fin de reforzar los procedimientos aduaneros, Guatemala obtuvo una moratoria, hasta noviembre de 2001, para la aplicación del Acuerdo de la OMC sobre Valoración en Aduana. Se aplican precios mínimos de importación a efectos de valoración en aduana en el caso del arroz, la ropa usada y los vehículos usados. Para el 2002 está prevista la promulgación de una nueva ley de aduanas.
Al parecer, la utilización de obstáculos no arancelarios al comercio es limitada. Guatemala mantiene diversas restricciones y prohibiciones a la importación, aplicables por igual a todos los interlocutores comerciales, por motivos de seguridad, salud y protección del medio ambiente. Guatemala no ha recurrido a medidas comerciales especiales, salvo en un caso, en el que adoptó una medida antidumping que fue retirada por las autoridades tras el establecimiento de un grupo especial encargado de examinar su compatibilidad con las normas de la OMC.
Las leyes relativas a las zonas francas y las maquiladoras son los principales instrumentos de promoción de las exportaciones de Guatemala. De conformidad con estas leyes, las empresas exportadoras pueden beneficiarse, en determinadas condiciones, de exenciones de los derechos de importación y de diversos impuestos internos. Guatemala no aplica programas oficiales de créditos a la exportación ni de seguro de exportación para promover las exportaciones.
Guatemala se beneficia de diversos esquemas SGP y de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, adoptada con carácter unilateral por los Estados Unidos. Las exportaciones guatemaltecas de azúcar de caña en bruto a los Estados Unidos se benefician de contingentes arancelarios preferenciales. También las exportaciones de textiles y prendas de vestir de Guatemala a los Estados Unidos están sujetas a contingentes. Existen contingentes de exportación para los productos abarcados por el Acuerdo de la OMC sobre los Textiles y el Vestido. Guatemala mantiene impuestos a la exportación únicamente para el sector del café.
La contratación pública está regulada por la Ley de Contrataciones del Estado, de 1992, por la que se concede trato nacional a los proveedores extranjeros de bienes y servicios. Guatemala no tiene un marco jurídico global para la política de competencia, pero las autoridades están preparando ese marco. Si bien existen reglamentaciones específicas por sectores para velar por que los mercados internos sigan siendo competitivos, la información disponible indica que la competencia es restringida en algunos sectores clave, como los servicios financieros.
El Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) pasó a formar parte de la legislación de Guatemala como resultado de la ratificación del Acuerdo de Marrakech. Posteriormente, Guatemala ha emprendido reformas jurídicas y administrativas para facilitar la protección de los derechos de propiedad intelectual, por ejemplo, mediante la promulgación de nuevas leyes relativas al derecho de autor y a la propiedad industrial. Ha aumentado considerablemente desde 1995 el número de derechos de propiedad intelectual registrados anualmente.
La agricultura genera el 23 por ciento aproximadamente del PIB de Guatemala. A pesar de la disminución de la parte que le corresponde en el PIB, la agricultura sigue siendo un sector primordial de la economía de Guatemala, debido a su contribución al empleo y a los ingresos de exportación. Sin embargo, los dos principales productos agrícolas de exportación, el café y el azúcar, han sufrido presiones considerables en los últimos años a causa a la existencia de condiciones desfavorables en el mercado internacional.
El sector industrial, que incluye manufacturas, construcción, minería, electricidad y agua, representa el 20 por ciento del PIB. Las manufacturas, cuya participación en el PIB es del 13 por ciento aproximadamente, se concentran en gran medida en la transformación de productos agropecuarios, destinados al mercado interno y a los mercados de América Central y Estados Unidos. Otros subsectores manufactureros importantes son los del calzado, los textiles, los metales y los productos químicos.
Al parecer, las disposiciones tributarias especiales para las zonas francas y las maquiladoras de Guatemala han propiciado particularmente la producción de diversos productos no tradicionales, aunque no se dispone de estimaciones precisas. Entre estos productos figuran productos agropecuarios tales como flores cortadas y legumbres y hortalizas especiales, productos pesqueros tales como los camarones, y manufacturas, en particular textiles y prendas de vestir. Dado que el comercio exterior en el marco de estas disposiciones especiales no está incluido en las estadísticas comerciales oficiales, éstas tal vez subestimen las exportaciones efectivamente realizadas en estos sectores, así como las importaciones de los insumos necesarios.
La contribución del sector de los servicios al PIB se eleva al 57 por ciento aproximadamente, y el subsector dominante es el comercio. De conformidad con la Ley de Inversión Extranjera, se garantiza a los inversores extranjeros el acceso al mercado en la mayoría de los sectores de servicios, sobre una base no discriminatoria. El acceso al mercado de los servicios financieros está regulado por una legislación sectorial específica. Con sujeción a la aprobación de las autoridades competentes, las compañías de seguros y los bancos pueden constituirse como sociedades en Guatemala; los bancos extranjeros también pueden establecer agencias o sucursales.
Los compromisos contraídos por Guatemala en el marco del AGCS son relativamente limitados y sólo abarcan cinco categorías de servicios, ya que con esos compromisos se consolidó el marco de política en vigor antes del inicio del programa de privatización y de la promulgación de la Ley de Inversión Extranjera de Guatemala.
Las empresas de propiedad estatal siguen realizando actividades en la esfera de los servicios financieros, el transporte marítimo y las telecomunicaciones; sin embargo, representan únicamente una parte mínima de la producción de esos sectores. Sólo se aplican prescripciones en materia de participación mínima de capital local en el sector del transporte. La promulgación de una nueva Ley General de Telecomunicaciones, en 1996, junto con la privatización de la empresa de telecomunicaciones de propiedad estatal, preparó el terreno para el rápido crecimiento observado en este sector en los últimos años. El turismo ha pasado a ser una importante fuente de divisas, que genera más de 500 millones de dólares EE. UU. al año. A pesar de haber mejorado significativamente la infraestructura de Guatemala, sigue habiendo problemas en algunos sectores, como los servicios financieros y las instalaciones portuarias.
 
 
Informe del Gobierno Volver al principio
ÓRGANO DE EXAMEN DE LAS POLÍTICAS COMERCIALES
GUATEMALA
Informe del Gobierno — Parte II
Evolución del entorno económico
En Guatemala se puso en marcha a partir de 1991, una serie de medidas de estabilización y ajuste estructural, con el propósito de alcanzar una mayor eficiencia económica mediante la implementación de acciones tendentes a controlar la inflación, fortalecer la balanza de pagos y buscar la creación de las condiciones que permitan alcanzar una tasa de crecimiento económico sostenible. Para ello se plantearon una serie de reformas estructurales en el área comercial, financiera, de administración pública, de política monetaria y de política fiscal, entre otras. En ese contexto, el comportamiento económico en el período 1991-2000 se caracterizó por los efectos de la aplicación de esas medidas, así como por los esfuerzos de adaptación de la economía nacional a las exigencias del proceso de globalización económica y enfrentar fenómenos de naturaleza extraeconómica.
En el período en referencia destaca la estabilidad del nivel general de precios, como resultado de los esfuerzos de la autoridad monetaria en adecuar los niveles de liquidez a los requerimientos de la economía y así propiciar una reducción gradual de la inflación. De esa cuenta la variación de precios internos muestra una tendencia hacia la baja, alcanzando durante el período una tasa promedio de 9 por ciento. Cabe agregar que en los últimos cuatro años la inflación se ubicó en un promedio de 6,1 por ciento.
En los últimos años, el objetivo fundamental de la política monetaria, cambiaria y crediticia ha sido el de propiciar la estabilidad del nivel general de precios, con la convicción de que es la mejor contribución que dicha política puede hacer al logro de un crecimiento sostenible de la producción y el empleo y, por ende, al desarrollo ordenado de la economía nacional. En este sentido, en el 2000 la estrategia en la conducción de la política monetaria, cambiaria y crediticia se centró en el objetivo de recuperar la confianza en la moneda y fortalecer el sistema financiero nacional. Para el logro de dicho objetivo estratégico se planteó la necesidad de la aplicación disciplinada de medidas de política en tres áreas de acción: a) una política monetaria disciplinada; b) el fortalecimiento del sistema financiero nacional mediante la modernización del marco regulatorio; y c) la disciplina fiscal.
En congruencia con los retos que impone el proceso de globalización mundial, a finales de 1989 la autoridad monetaria decidió flexibilizar el mercado bancario de divisas. En tal sentido, a partir de 1994 se permitió la libre determinación de la tasa de cambio y de la asignación de divisas en dicho mercado. Por otra parte, en 1996 principió a funcionar el Sistema Electrónico de Negociación de Divisas (SINEDI), bajo la premisa de brindar certeza y transparencia a las operaciones que se efectúan en el mercado, garantizando la libertad cambiaria a los agentes económicos.
El nivel del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos respecto al PIB registró en algunos años de la última década porcentajes superiores al 5 por ciento. Conviene indicar que en dichos años el déficit en cuenta corriente fue financiado, entre otros, por un ingreso neto de capitales del exterior que permitió un aumento de las Reservas Monetarias Internacionales –RIN-.
En 2000, el saldo en cuenta corriente de la balanza de pagos como porcentaje del PIB registró una disminución en relación con el año anterior, al pasar de 5,5 por ciento en 1999 a 4,8 por ciento en 2000. En este resultado influyó el comportamiento registrado en la cuenta de servicios y en la cuenta de transferencias, las que registraron superávits superiores a los del año anterior. Por otra parte, los flujos de inversión extranjera directa alcanzaron en 1998 los 673 millones de dólares EE.UU., derivado de una fuerte actividad privatizadora.
Durante la última década se han puesto en marcha, además, medidas de política económica encaminadas a la modernización económica del país, favoreciendo así una mayor apertura de la economía nacional y una mejor asignación de recursos. Como resultado, el comportamiento del Producto Interno Bruto –PIB- en el período 1991-2000 ha mostrado en promedio una tasa de crecimiento de 4,1 por ciento, lo que ha permitido una relativa mejora en el ingreso per capita de la población. Cabe agregar que en los últimos años el crecimiento económico del país se ha visto afectado por diversos factores, entre los cuales destacan los shocks externos que han deteriorado los términos de intercambio, los daños causados por la tormenta tropical Mitch, así como la desaceleración económica mundial.
Al inicio de la década el gobierno central se encontraba en una situación crítica con un déficit fiscal de alrededor de 2 por ciento. Dicha situación implicaba contratar financiamiento para sufragas gastos corrientes, lo que no permitía un incremento de la inversión. Lo anterior hizo impostergable la revisión de la política tributaria con el fin de eliminar el mencionado déficit, evitando profundizar en endeudamiento externo. Al finalizar 2000, el déficit fiscal en relación con el PIB se situó en 1,8 por ciento y la carga tributaria se ubicó en 10,1 por ciento.
El comercio total de mercancías, es decir exportaciones más importaciones, registró entre 1991 y 2000 una tasa acumulativa anual de crecimiento de 10,5 por ciento. En el caso de las exportaciones éstas crecieron a una tasa acumulativa anual de 9,2 por ciento, alcanzando en 2000 un valor FOB de 2.708,5 millones de dólares EE.UU., en tanto que las importaciones se han incrementado a una tasa acumulativa anual de 11,4 por ciento, situándose en 2000 en un valor CIF de 4.885,3 millones de dólares EE.UU.
En el crecimiento del valor de las exportaciones es importante destacar el incremento registrado en las exportaciones de café y banano, así como de otros productos al resto del mundo y a Centroamérica. Respecto a las importaciones, son importante los incrementos registrados en los rubros de bienes de consumo, bienes de capital, materias primas y combustibles y lubricantes.
Un objetivo fundamental de la política económica del país en los últimos años ha sido el de reducir el papel del Estado en la economía y promover una mayor participación por parte de los agentes económicos privados. En este sentido, a partir de 1996 y dentro de las medidas de política económica encaminadas a la modernización económica del país el gobierno inició el proceso de desincorporación de activos del Estado, mediante la venta del 80 por ciento de las acciones de la Empresa Eléctrica de Guatemala –EEGSA-, el 95 por ciento de las acciones de la Empresa de Telecomunicaciones de Guatemala, S.A., -TELGUA- y de la concesión de operaciones de bandas de telefonía, la venta de dos empresas de distribución del Instituto Nacional de Electrificación –INDE-, el usufructo de la compañía de ferrocarriles de Guatemala –FEGUA- y la administración y operación de los servicios de correo.
Otro aspecto de primordial importancia lo constituye el avance observado en el proceso de modernización del sistema financiero, enmarcado dentro del "Programa de Modernización del Sistema Financiero Nacional". A este respecto, se ha propiciado el fortalecimiento de la legislación financiera del país, de manera que permita, por una parte, mejorar la competitividad de las instituciones y, por otra, salvaguardar los intereses de los depositantes, así como la liquidez, solvencia y estabilidad del sistema financiero nacional en su conjunto.
En el contexto del Programa de Fortalecimiento del Sistema Financiero Nacional, se encuentra en discusión y pendiente de aprobación en las instancias correspondientes, los proyectos de la Ley de Bancos y Grupos Financieros, de la Ley de Supervisión Financiera, de la Ley Orgánica del Banco de Guatemala y de la Ley Monetaria, así como de la Ley de la Actividad Aseguradora. Con las reformas legales propuestas se persigue fortalecer el sistema financiero nacional y su supervisión, al proporcionar un marco legal general que brinde mayor certeza jurídica y contribuya a la eficiencia, solidez, transparencia y competitividad de las instituciones financieras, bajo un enfoque preventivo, coadyuvando así al desarrollo de la economía nacional y al fortalecimiento de la confianza del público ahorrante e inversionista.
 
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